Mi confrontación con la docencia
Creo conveniente volver a presentarme, me llamo Adolfo Iván Sedas Gómez, tengo 27 años, vivo en Moroleón, Gto. Y trabajo en esta misma ciudad, soy Cirujano Dentista de profesión, tengo 4 años practicando la docencia en los niveles media superior y básica.
La labor docente la inicié desde la adolescencia, pertenecí al movimiento scout durante 16 años, desenvolviéndome como lobato, scout y expedicionario, pero a los 15 años tuve que tomar una decisión fundamental, seguir en la tropa o salirme del movimiento, a lo cual decidí seguir en el escultismo pero en una rama diferente como subjefe de manada de lobatos, desde ese momento inicié mi labor como maestro (así lo considero) ya que empecé a tener noción de cual es el papel del educador en la formación integral de una persona.
Seguí mis estudios de preparatoria y licenciatura, sin dejar de lado el escultismo, esto me trajo varios cargos, como: jefe de manada de lobatos, secretario de grupo, subjefe de grupo, subcomisionado de formación y jefe de grupo; Esto me trajo muchas experiencia y vivencias además de reconocimientos como el ser Insignia de Madera.
Lo mas importante fueron los cursos que tomé como capacitación y después el seguir avanzando y preparándome en capacitar a otros, además de comprender las características de los jóvenes entre 7 y 21 años y papel fundamental de la educación no formal en el desarrollo íntegro del ser humano.
Cuando egresé de la licenciatura, a la par de tener mi propio consultorio, también inicié mi labor docente en una prepa abierta (donde me empecé a foguear), después me fui a una secundaria particular a remplazar a una maestra en la materia de introducción a la física y la química (a medio ciclo escolar) y para el siguiente ciclo escolar me contrataron para impartir física I, química I, biología II, formación cívica y ética II y ser maestro tutor de un grupo de segundo grado de secundaria.
Este cambio representó una buena opción de crecimiento, sólo que mi falta de experiencia, la carga de trabajo y los criterios de los directivos hicieron que me despidieran a medio ciclo escolar, fue para mi un gran golpe, ya que consideraba que hacía un muy buen papel, solo que con paso del tiempo voy viendo y analizando los defectos con los que me conducía en clase y como tutor.
Pasaron unos meses sin actividad docente y fue de que en agosto del 2007 entré al Conalep Moroleón, fue un cambió radical de ambiente y de metodología de trabajo.
Me siento como profesor muy motivado y comprometido al desarrollo integral del joven, no sólo en lo académico, además por mi profesión buscan orientación sobre su sexualidad y como darle solución a sus problemas y conflictos. Hay cosas que me motivan a seguir, por ejemplo: que estén atentos en clase, aunque egresen de la escuela me sigan saludando y compartiendo sus experiencias, ser invitado a reuniones familiares y la estima de sus papás y lo mas importante verlos desarrollarse como buenos ciudadanos productivos, esto significa para mi que el ser maestro de bachillerato va mas allá de la formación académica, es un educador de la vida.
Actualmente laboro en una preparatoria particular llamada Instituto Humanista Iberoamericano.
Las cosas que me desmotivan, es cuando percibo apatía por parte de ellos o ellas y también las actitudes que suelen tomar los administrativos, sin embargo trato de mediar posturas y platicar con los alumnos.
martes, 9 de junio de 2009
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